La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una afección en la que la próstata aumenta de tamaño. Esta afección no cancerosa es común es muy común en los hombres y afectará a casi todos a medida que envejecen. Por eso es importante que conozcas todo sobre ella.
La próstata se encuentra directamente debajo de la vejiga y frente al recto. Es atravesada por la uretra, por lo que, si la próstata se agranda, puede impedir que la orina o el semen pasen por la uretra. La principal función de este órgano es producir líquido para el semen.
Según las investigaciones realizadas, tener la hiperplasia benigna de próstata no parece aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Sin embargo, tienen síntomas similares y un hombre que tiene (HBP) puede tener un cáncer no detectado al mismo tiempo.
Síntomas de la hiperplasia benigna de próstata
Dado que la glándula prostática rodea la uretra, es fácil comprender que el agrandamiento de la próstata puede provocar la obstrucción del tubo. Por lo tanto, puede desarrollar:
- Lentitud o goteo de su flujo urinario.
- Vacilación o dificultad para empezar a orinar.
- Micción frecuente.
- Sensación de urgencia (necesidad repentina de orinar).
- Necesidad de levantarse por la noche para orinar.
- Dolor después de la eyaculación o al orinar.
- Orina que se ve o huele «raro» (por ejemplo, es de un color diferente).
A medida que los síntomas empeoran, se puede desarrollar piedras en la vejiga, infección de vejiga, sangre en la orina y daño a los riñones por contrapresión causada por la retención de grandes cantidades de orina extra en la vejiga.
Si tienes dolor en la zona de la parte inferior del abdomen o los genitales al orinar, no puedes orinar en absoluto, dolor, fiebre o escalofríos al orinar o sangre en la orina, debes consultar con un urólogo de inmediato.
¿Cuál es el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata?
Es posible que los pacientes que presentan síntomas leves no requieran otro tratamiento que la observación continua para asegurarse de que su condición no empeore. Este enfoque a veces se denomina «espera vigilante» o vigilancia. Esta se debe unir a las revisiones periódicas necesarias a partir de una edad. Pero también hay varias opciones de tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata disponibles si sus síntomas son graves.
Medicamentos
Algunos medicamentos funcionan al disminuir la producción de la hormona dihidrotestosterona, que afecta el crecimiento de la glándula prostática. Estos parecen ser más beneficiosos para los hombres con próstatas más grandes.
Los fármacos que relajan el músculo de la próstata (para reducir la tensión en la uretra) se utilizan con más frecuencia. Los efectos secundarios asociados más comunes son mareo, debilidad y eyaculación retrógrada.
A veces, los medicamentos se combinan para ayudar a tratar los síntomas y mejorar el flujo de orina.
Cirugía
Se pueden usar varios tipos diferentes de cirugía para extirpar el tejido de la próstata que bloquea el flujo de orina y reducir la hiperplasia benigna de próstata. Algunos de ellos son:
- Resección transuretral de la próstata. El urólogo extrae el tejido que bloquea la uretra con un instrumento especial.
- Incisión transuretral de la próstata. El urólogo hace dos pequeños cortes en el cuello de la vejiga (donde se unen la uretra y la vejiga) y en la próstata para ensanchar la uretra y mejorar el flujo de orina.
- Electrovaporización transuretral. Esta técnica utiliza energía eléctrica aplicada a través de un electrodo para calentar rápidamente el tejido de la próstata, convirtiendo las células del tejido en vapor. Esto le permite al médico vaporizar un área del tejido agrandado y aliviar el bloqueo urinario.
- El láser. Este procedimiento elimina el tejido de la próstata con un láser. Se asocia con menos sangrado durante y después del procedimiento.
Tratamientos mínimamente invasivos
Se han desarrollado nuevos tratamientos para la hiperplasia benigna de próstata que son menos invasivos y menos dañinos para el tejido sano que la cirugía. En general, los procedimientos mínimamente invasivos se realizan de forma ambulatoria, producen menos efectos secundarios, son menos costosos y permiten una recuperación más rápida.
Los efectos secundarios más comunes informados con estos tratamientos incluyen la frecuencia urinaria y la irritación mientras la próstata se está curando. Debido a que estas técnicas son nuevas, se sabe poco acerca de su efectividad y complicaciones a largo plazo.
Los tratamientos mínimamente invasivos incluyen:
- Elevación de la uretra prostática.
- Terapia de vapor de agua.